fbpx

Cómo hacer feliz a tu perro – La Jerarquía de Necesidades del Perro (C)

La “pirámide de Maslow canina” te ayudará a entender las necesidades, motivaciones y frustraciones de tu perro, así como saber cómo ayudarle a ser más feliz.

 

¿Conoces la Pirámide de Maslow?

El psicólogo Abraham Maslow escribió en 1943 un tratado sobre la motivación (humana, claro) y en él creó esta famosa pirámide, que se ha utilizado desde entonces en muchos ámbitos de la psicología y hasta en el marketing.

El principio es claro y yo diría que hasta intuitivo: si no tienes absolutamente nada, si te falta de todo, lo prioritario para tu cuerpo serán las necesidades básicas: comer, dormir, no morirte de frío ni de calor… cosas así.

A medida que tus necesidades básicas están cubiertas, quieres tener la seguridad de que van a seguir así, por lo que sientes la necesidad de seguridad (física, económica, de salud…). Cuando esto lo tienes controlado, te vas dando cuenta de que hay otras cosas en la vida. Empieza a apetecerte charlar con los amigos, o incluso enamorarte. Niveles superiores serían el sentir el reconocimiento de los demás por tus méritos, sentirte resolutivo, creativo… y la autorrealización estaría en la cima.

Por muy en la cima de una carrera que estés, si por lo que sea te pasas un tiempo sin dormir (por ejemplo, tienes un hijo y no te deja pegar ojo… ¡que me lo digan a mí!) la necesidad básica que ya dabas por cubierta pasa a estar en el top de las prioridades de tu cuerpo. No rindes igual, te da igual el éxito de la reunión o si tal amigo se ha ofendido porque no te presentaste a la cita: lo único que quieres es DORMIR. Tu necesidad básica pasa por encima de todo lo demás.

Pirámide de Maslow humana

En la pirámide de Maslow, los niveles inferiores son necesidades más básicas, comunes a todas las personas, y a medida que se cumplen pueden aparecer los niveles superiores, aunque no todo el mundo llega a alcanzarlos todos.

Hasta que no tengas cubiertas todas las necesidades de un nivel de la pirámide, no te satisfará el hecho de conseguir algo de nivel superior, y tampoco tendrás especial interés en conseguirlo. Tu cerebro estará centrado en cubrir primero las bases, y luego ya nos complicaremos la vida para lograr metas más elevadas si hace falta.

Aunque lógicamente la psicología humana es lo bastante compleja para que no se puedan clasificar todas sus necesidades y motivaciones en 5 escalones rígidos, 5 “cajitas” idénticas para todos los millones de personas del planeta, me parece una base muy interesante de la que partir para entender las necesidades de tu perro o gato (y de una persona también, la verdad).

Quiero presentarte la “Pirámide de Maslow” canina: resulta de grandísima utilidad para entender las necesidades, motivaciones y prioridades de nuestros animales, siguiendo el mismo principio: hay que cubrir todos los escalones empezando por el inferior, y asegurarnos que todos los aspectos están cubiertos antes de esperar que el superior realmente motive a nuestro animal o sea siquiera alcanzable.

La Jerarquía de Necesidades del Perro©, creada por la educadora canina y máster en Psicología Experimental Linda Michaels (http://www.dogpsychologistoncall.com/hierarchy-of-dog-needs-tm/), busca precisamente estructurar las necesidades del perro para comprender los distintos niveles en los que como dueños (o profesionales) podemos actuar, teniendo siempre en cuenta todos los aspectos contenidos en cada nivel.

Es una guía visual fantástica para ver qué motivación puede estar teniendo tu perro en su día a día, en función de lo que todavía no tenga cubierto. Además, nos permite valorar el grado de Bienestar del perro, ya que afortunadamente hoy en día el bienestar animal ya no se considera sólo como ausencia de malestar (ausencia de dolor, frío, hambre, sed, etc.) sino también como la posibilidad de manifestar una serie de comportamientos naturales e indicativos de un estado mental positivo.

La Jerarquía de Necesidades del Perro© nos cuenta que en los escalones básicos de la pirámide se encuentran las necesidades biológicas básicas como comer (bien), dormir (lo suficiente), ejercitarse o mantenerse en buena salud gracias a la atención veterinaria (respetuosa). En otras palabras, si tu perro pasa verdadera hambre, sed, frío o calor, malestar causado por dolor o enfermedad, mala alimentación, duerme fatal o le falta (literalmente) oxígeno, no pretendas de él que sea un perro alegre que te venga a recibir meneando la colita de felicidad, que nunca esté de mal humor ni que tenga ganas de jugar con cualquiera. Lo primero es lo primero, y tienes que cubrir esas necesidades en primer lugar y tenerlas siempre presentes.

Porque ya sé que a tu perro le das de comer lo mejor que puedes y le cuidas; pero a veces nos olvidamos que detalles como el suficiente ejercicio o ese dolorcillo que no acaba de marcharse pueden estar interfiriendo muchísimo en su día a día.

Jerarquia de las necesidades del perro: para hacerlo feliz, debes cubrir sus necesidades fisicas, emocionales, sociales, de entrenamiento amable y cognitivas
Reproducido con permiso de Linda Michaels. Puedes aprender más sobre la Jerarquía de Necesidades del Perro en http://www.dogpsychologistoncall.com/hierarchy-of-dog-needs-tm/ y en su manual de educación canina sin daño http://www.dogpsychologistoncall.com/do-no-harm-dog-training-and-behavior-manual/

*Reproducido con permiso de Linda Michaels. Puedes aprender más sobre la Jerarquía de Necesidades del Perro en http://www.dogpsychologistoncall.com/hierarchy-of-dog-needs-tm/ y en su manual de educación canina sin daño http://www.dogpsychologistoncall.com/do-no-harm-dog-training-and-behavior-manual/.

A continuación de las necesidades biológicas tenemos las necesidades emocionales. Sentirse seguro. Recibir cariño. Sentir confianza en un guía, un compañero (en este caso, nosotros sus dueños) que ejerce de líder de manera respetuosa (es decir, toma las decisiones sin imponerlas y con cierto grado de flexibilidad teniendo en cuenta las circunstancias de sus liderados) y que es consistente en sus normas y maneras de funcionar.

Así que si tú eres amable con tu perro, le pones unas normas coherentes, que no cambian según el día que tengas, te “curras” ganarte la confianza de tu animal y que él se sienta seguro a tu lado, le das cariño sin agobiarlo y una cierta estabilidad que le permita predecir cuándo van a suceder las cosas más importantes en su vida (cuándo va a poder comer, salir, estar contigo…), tienes este escalón superado. No olvides revisar si en el escalón anterior te has dejado algo o algo podría mejorar 😉

Si esto lo tenemos, el tercer nivel es el aspecto social. Relacionarse, jugar… Lo que para él sería irnos de tapas con los amigos.

Porque no sé si lo vas haciendo, pero yo voy comparando sus necesidades con las mías todo el rato… la parte básica es la más “fácil”, porque lo de las necesidades básicas lo tenemos bastante aprendido. Sólo hay que imaginarse tras una hecatombe nuclear o en un programa de Supervivientes: lo primero es encontrar comida, agua y hacerse un refugio. Y que no te coman ni te enfermes. Luego, la seguridad de que todo eso se va a mantener (de nuevo la sensación de control…). Y después ya si eso, cuando esto lo tengamos hecho, ya nos pondremos a hacer amigos.

Y cuando tenemos todo esto, tenemos un perro “feliz” “normal”.

Como nosotros, que si tenemos lo básico, lo afectivo y lo social cubierto, ya podemos decir que tenemos una vida satisfactoria. Lo tenemos todo, ¿de qué nos podemos quejar?

¿No?

Aaah amigo, pero es que aún hay más. Niveles superiores, que a algunos nos gustaría alcanzar. “El nirvana”. La satisfacción personal. El sentirnos realizados, con un sentido trascendente para nuestra vida.

No todo el mundo siente estas necesidades. Para algunas personas, y para muchos perros, llegar hasta aquí ya es toda una hazaña, por sus circunstancias personales que les ha tocado vivir.

Pero para mi perra, y para mí, yo quiero más.

Aquí, la Jerarquía de Necesidades del Perro© pone el escalón de las necesidades de entrenamiento amable. Y es que podemos tener a un perro cubierto en todo lo demás y que de repente lo lleves a un adiestrador para que le enseñe a hacer algunos truquitos de estos que los humanos nos empeñamos en enseñar a los perros (como siéntate, dame la patita, haz la croqueta…) y resulta que el tipo (o la tipa) utilice métodos que van en contra del bienestar del animal:

  • Collares eléctricos
  • Collares de ahogo, de ahorcamiento, de pinchos, antitirones (ojo que de estos hay muchos tipos, pero a priori desconfía)
  • Castigos físicos y verbales
  • Gritos
  • Contactos físicos impuestos, prolongados y no deseados por el animal
  • Enfrentamientos provocados para “mostrarle quién es el jefe”

Desgraciadamente hoy en día aún hay muchas personas que creen que para educar a un perro hay que ser algo así como un general nazi. Autoritario. Agresivo. Inflexible.

Es por esto que en este punto de la pirámide, Linda Michaels hace un listado de los métodos de entrenamiento amable existentes para que los educadores no caigan en los métodos clásicos y trabajen desde puntos de vista más respetuosos con el animal. De hecho, existe un grupo de Facebook para los que os apasione el tema del adiestramiento amable (y dominéis el inglés) llamado Do no harm dog training del que Linda es administradora, dirigido tanto a educadores como a papis de perros ;).

Ojo, no estoy diciendo que los métodos menos amables no funcionen. Sí que “funcionan”, y de hecho muchas veces son más rápidos en lograr su “objetivo” (la obediencia del perro, el que ejecute a la perfección tal o cual orden o que deje de mostrar tal o cual comportamiento inadecuado). Hacer cambiar un cerebro a base de hostias es mucho más fácil que a base de premios. Esto es así.

Pero nunca pierdas de vista tu verdadero objetivo: ¿quieres que deje de hacer algo? ¿O quieres que deje de sentir algo? Porque los gritos y los tirones de correa no pueden hacer que tu perro deje de sentir miedo; sólo conseguirán que no lo manifieste de la manera que a ti te molesta. En cambio, las técnicas de entrenamiento amable tardarán más en conseguir que deje de ladrar cuando oye un petardo o ve otro perro por la calle, pero acabarán logrando que el perro elija no hacerlo porque ya no sentirá miedo.

Así pues, el peldaño rojo está destinado principalmente a las técnicas que deberías permitir que un educador (o tú mismo) usara con tu perro para enseñarle cosas nuevas o modificar cosas que ya hace.

En el “top” de la pirámide tenemos lo más de lo más. Las necesidades cognitivas: Los retos mentales. El disponer de opciones. Disponer de novedad y disfrutar de ella.

A los perros miedosos no les gusta la novedad. Es otra cosa que escapa a su control. Cuando hace unos años yo le mostraba un juguete nuevo a Grufa con toda mi ilusión, tenía que ver llena de pena como se echaba para atrás y no sabía ni si acercarse, toda replegadita, con un poquito de curiosidad por mi insistencia y palabras de ánimo, pero principalmente aterrada por lo terrible que podría ser lo que saliera de aquel paquete. Ni de coña le envolvería los regalos de Navidad con papel, ya que por el ruido de abrirlo la tendría varios minutos escondida en algún rincón.

Ahora, en cambio, cuando alguien le regala algo a mi hijo, ella es la primera en acercarse al paquete y coger una puntita del papel para rasgarlo y chafardear lo que hay dentro. Ha aprendido que un paquete envuelto siempre trae una novedad, y le encanta descubrir qué será, incluso cuando no es para ella (claro que evidentemente prefiere cuando el regalo es para ella, en especial si huele rico 😉  ).

Tienes algunos juegos mentales en este artículo, e ideas de montones de juegos diferentes en este otro, para que te inspires y le des novedades y opciones a tu peludete.

Pero ojo, si tu perro no sabe jugar a juegos más “básicos” o no tiene cubiertas las necesidades biológicas, emocionales y sociales, y confía en que tu manera de enseñarle cosas es amable y respetuosa con sus necesidades, presentarle un reto mental sólo logrará estresarlo. Tal vez consiga resolverlo a base de insistir, pero no le reportará ninguna satisfacción. Además del riesgo de que se frustre y cree un mal recuerdo que dificulte que quiera volver a repetir la experiencia en un futuro.

Sentir que se tienen opciones, y el poder de elegir entre ellas, es algo a lo que pocos perros llegan simplemente porque no muchos llegan a este peldaño superior (espero que el tuyo sí) y no muchos dueños están dispuestos o se les ocurre siquiera dar opciones a sus perros (espero que a ti sí).

¿Te has planteado alguna vez que sea tu perro quien elija su juguete nuevo? ¿Su camita nueva? ¿Su refugio para cuando está tronando o con petardos ahí fuera?

Espero que la pirámide de la Jerarquía de Necesidades del Perro © te haya dado en qué pensar.

Este escrito es un extracto de una de las lecciones de mi curso Bye bye miedos: Conoce a tu perro y vence sus miedos. Si quieres enterarte de cuándo saldrá una próxima edición, suscríbete a mi blog y te avisaré 🙂

Y si tienes un perro miedoso, tal vez te interese apuntarte YA al Reto Verbena Sin Miedo, un curso ONLINE en el que te enseño todas las técnicas que existen para ayudarle a calmar su miedo a los petardos. Aunque no sea el caso de tu perro, seguro que puedes beneficiarte de muchas de las clases. 😉 Apúntate aquí.

Recent Posts
0