
Hechos sobre nutrición animal
Dieta BARF. Piensos sin cereales. Dietas vegetarianas. Comida casera. Piensos ecológicos, naturales, con ingredientes frescos… Son muchas las opciones hoy en día en el mercado y sobre todas estas Tendencias en nutrición de nuestras mascotas me hablaron en la charla a la que acudí la semana pasada. Hoy te traigo los hechos que más me llamaron la atención.
Como algunos ya sabéis, la semana pasada fui a una charla en el Colegio Oficial de Veterinarios de Barcelona sobre Tendencias en nutrición en pequeños animales (les llamamos pequeños animales a perros y gatos, aunque algunos perritos de pequeños poco tienen… pero claro, es que se usa en comparación con “grandes animales”: vacas, cerdos, caballos… jejeje).
Bueno, pues de esa charla que duró casi 6 horas podría hacer bastantes artículos… A cuál más polémico.
O sea que te voy a hacer un resumen:
Las modas son modas. Las historias personales son historias personales. El marketing es marketing.
Yo soy veterinaria. Científica. Me encantan las historias de perritos que se salvaron de no sé qué enfermedad chunga y me encanta pensar que mi perro está comiendo salmón del pacífico o ingredientes ecológicos, porque soy humana como tú y me atraen las mismas cosas, nuestro cerebro es así.
Pero los estudios que he hecho están dentro de mi cerebro también y me gritan que tenga prudencia: normalmente nada es tan bueno como lo pintan y hay que mirárselo bien, con escepticismo y la máxima objetividad. Buscar pruebas científicas, hechas siguiendo estudios científicos.
Sí, lo sé, es aburrido y de empollones, pero basarse en estudios científicos bien hechos es lo único que me da garantías de que no voy a recomendarte algo que luego haga daño a tu animal. Y, además, es lo único que legalmente puedo hacer si quiero seguir ejerciendo como veterinaria: basarme en afirmaciones con base científica.
Así que, en resumen, ¿qué evidencia científica hay de todo esto? ¿Qué es bueno, qué es malo, qué es peligroso?
Pues resumiendo, la cosa está chunga. Me encantaría decirte: Conclusión: la mejor alimentación que le puedes dar a tu mascota es esta.
Pero no puedo 🙁
Así que vas a tener que elegir tú en base a los datos, científicos, que tengo para ti. Que evidentemente no son todos los que existen, porque no tengo tiempo de leerlos todos (eso, a los veterinarios diplomados por la ECVCN que se especializan durante 4 años -además de los 5 para ser veterinarios- y se lo leen prácticamente todo del tema); hoy te traigo algunos datos que han sido seleccionados por esos especialistas así que me creo que son los más relevantes.
Sólo voy a soltar algunas “perlas” que aprendí en la charla o que reflexioné a raíz de ésta. Yo no digo nada más que lo que dice aquí, las deducciones que se desprendan de ello son cosa tuya (y ya si quieres, me escribes y lo hablamos):
Hechos demostrados sobre nutrición animal que creo que deberías saber
Se ha estudiado qué comen los perros de vida libre (en países en los que es habitual que haya perros que viven en la calle y se espabilen por sí solos, como hacen aquí muchos gatos) y resulta que se alimentan de 4 cosas básicas:
- Restos de alimentos humanos, básicamente restos de cereales.
- Restos de animales muertos.
- Vegetales y frutas que encuentran por el campo.
- Heces humanas.
Los gatos que viven en colonias urbanas a su rollo y cazan su comida tienen una esperanza de vida de unos 2 años. Los perros de vida libre, entre 1 y 4 años.
La carne cruda, casi toda ella, el bistec que te compras para ti también, está contaminado con bacterias peligrosas que mueren completamente al cocinarla pero no al congelarla.


La comida industrial humana y el “fast food” son ricos en azúcares y grasas saturadas, ambas cosas nocivas para la salud… humana. La comida envasada para animales raramente lleva azúcares, y perros y gatos metabolizan muchiiiisimo mejor que nosotros las grasas saturadas y apenas les dan problemas, no como a nosotros que tenemos muchos problemas de colesterol y triglicéridos.

No hay perros ni gatos celíacos. Sí los hay intolerantes al gluten o alérgicos a algunos cereales, pero son raríiiiiiiisimos. En cambio, en personas es bastante frecuente.
Más o menos la mitad de las personas que les dan comida cruda a sus mascotas, al hacerles una encuesta dicen que han visto problemas de salud derivados de esa dieta. No los veterinarios, los dueños.
El porcentaje de proteína que sale en la etiqueta no vale para nada. Podría llevar suela de zapato y te saldría un valor altísimo, y podría llevar entrecot y salirte un valor bajo. Lo importante no es la cantidad, sino la calidad de la proteína, y eso se sabe mirando los aminoácidos que tiene el producto final (un análisis no obligatorio que casi nadie hace).


Los gatos y los perros son capaces de digerir el almidón sin ningún problema.
Los cachorros son muuuucho más sensibles a las dietas mal equilibradas que los adultos.
Los adultos pueden tardar varios años en enfermar por culpa de una dieta mal equilibrada


Los perros y los gatos necesitan muuuuuucho más calcio y muuuucha menos vitamina D que los humanos. Entre otras diferencias. Somos especies diferentes, con requisitos nutricionales diferentes.

Los piensos “grain free” (sin cereales) llevan aproximadamente tanto almidón e hidratos de carbono como las dietas con cereales. Simplemente que, en vez de venir de cereales, viene de legumbres o tubérculos (patata, yuca…). Ojo, he dicho los piensos. Las latas puede variar.

Leyes sobre alimentación animal que creo que deberías conocer
He juntado a continuación algunas informaciones que tienen que ver con la fabricación de alimentos comerciales (temas de leyes, etiquetas…) que creo que es muy importante a la hora de decidir con qué alimentas a tu bichito.
La Unión Europea tiene unas leyes mucho más estrictas que otros países (importante porque mucha info que nos llega es de Estados Unidos) en cuanto a alimentación humana y animal.
Entre otras cosas, en la Unión Europea:
– Todo lo que va destinado a alimentación para mascotas ha de ser apto para consumo humano. Esto excluye explícitamente, entre otros, animales enfermos, animales muertos antes de llegar al matadero o partes de animales retiradas por no ser aptas para consumo humano.
– Los aditivos están regulados mediante una “lista positiva”: sólo están permitidos los que hay en una lista que han pasado por estudios de seguridad. Cualquiera que no esté en esa lista, simplemente no se puede poner.
– Hay algunos términos que, si la etiqueta dice eso, tienen que poderlo demostrar legalmente porque tienen una definición legal. Algunos interesantes son:
- “Ecológico”. Los alimentos para animales que digan que son “ecológicos” o que llevan ingredientes “ecológicos” deben cumplir los mismos requisitos que los productos ecológicos para personas. O sea, que si te crees lo etiquetado como ecológico en alimentación humana, créetelo también para animales.
- “Natural”. Los que ponga que llevan ingredientes “naturales” significa que esos ingredientes sólo se han procesado de ciertas maneras: ahumado, desecado, congelado… procesados bastante “suaves” con el alimento, poco agresivos. No se pueden usar extracciones con químicos, decolorar, oxidar… y tampoco se pueden usar transgénicos. Ojo, será así respecto a los ingredientes naturales en concreto, no respecto al producto entero que tú compras a no ser que diga que es “natural” así, en conjunto.
- “Fresco”. Los que ponga ingrediente “fresco” es que ese ingrediente sólo se ha mantenido en frío, no se ha sometido a ningún otro. De nuevo, lo que es fresco son los ingredientes. Luego ya con eso fabrican el alimento y entonces sí que lo tratan.
- OJO, todo eso son características de los ingredientes que usa la empresa para fabricar el producto que tú comprarás. No indica cómo se hará el producto.
– Todos los alimentos han de cumplir los mismos requisitos legales, tanto el pienso del Mercadona como el de Hill’s. Ojo, estoy hablando de alimentos para animales sanos. Los que son para animales enfermos (alimentación especial para enfermos de riñón, o enfermos de hígado…) llevan una legislación aparte.

Aún así, sin duda la legislación de la UE puede mejorar muuucho:
– Lo que realmente vale para saber si un alimento comercial lleva todo lo que un animal necesita o no es un análisis del producto final, o sea que metan el pienso o la comida húmeda en un laboratorio y se analicen las cantidades de los más de 40 nutrientes esenciales que necesita un perro o un gato. Las empresas, para poder vender un alimento para perros o gatos, no están obligadas a demostrar mediante análisis de producto final que lleva todos los nutrientes necesarios.
Importante: el producto final es lo que le das al animal. No lo que metieron en la máquina que fabrica las bolitas o rellena las latas: eso son los ingredientes que salen en la etiqueta.

– Tampoco están obligadas a comprobar ni demostrar que lo que lleva el alimento resulta asimilable por el animal, o sea que realmente “le aprovecha”, lo absorbe y lo puede utilizar en su organismo. Y es que por mucho que mordisquees una piedra no te vas a suplementar de minerales… lo que comas tiene que ser aprovechable para ser útil. Para saberlo, hay que hacer estudios “in vivo”, con animales que coman ese alimento y ver qué pasa.
-Las empresas que fabrican la comida de tu mascota tampoco están obligadas a analizar la composición de lo que les llega de sus proveedores. Algunas lo hacen, y algunas no y simplemente “se fían”.
Si las leyes europeas obligan a todas las empresas que fabrican comida para animales a lo mismo, sin diferencias entre marcas, y hay tantas pruebas que no es obligatorio hacer, ¿en qué se diferencian unas de otras?
En lo que la empresa haya decidido hacer:
Cada empresa puede decidir…
- Si hace análisis de lo que les llega de los proveedores.
- Si hace análisis del producto final.
- Si hace pruebas con perros o gatos para ver que efectivamente digieren lo que les están dando y no sale igual que entra…
Y qué ingredientes concretos ponen y cómo de exigentes son con sus proveedores para comprobar que es verdad.
Y si le pagan o no a un especialista veterinario especializado en nutrición (o a unos cuantos) para que haga todas esas pruebas, asesore, haga las fórmulas de las dietas…
O se limitan a cumplir sólo los requisitos mínimos que marca la ley.
Vaya, si buscan el 5 pelao o van a por nota ;).
¿Te ha explotado la cabeza?
¿Tienes aún más dudas de las que tenías cuando empezaste a leer este artículo?
Pues ya te acercas a mi sensación cuando acabé las 6 horas de charla…
Mis conclusiones
Mis conclusiones, personales personales personales, y como tan personales que son me reservo el derecho de replanteármelas más adelante a medida que me lea todo el material que nos pasaron en la charla y me vaya enterando poco a poco de más cositas, fueron las siguientes:
-El ambiente está muy calentito pero algunas verdades son incuestionables. Hay cosas que se saben y cosas que no se saben. Punto. Y ante las que no se saben, la postura de algunos es inventárselas y la postura de otros es ser prudentes y agarrarse a lo que sí se sabe.
-Debemos concentrarnos en separar lo que son datos científicos de lo que es prensa sensacionalista. En un sentido y en el otro. Para ello, a veces es tan fácil como leérselo dos veces con escepticismo y a veces necesitas a alguien con conocimientos específicos que te ayude. Si dudas, yo te ayudaré en lo que pueda :), pero aquí los especialistas son los que son: veterinarios diplomados en nutrición. No cualquier veterinario. No cualquier nutricionista. No cualquiera que tiene perros. Especialistas al más alto nivel académico, que estén actualizados y leyendo cada día los nuevos estudios que salen con cientos de perros.
Desconfía de los casos puntuales, de la gente que habla de sus experiencias personales o de los discursos teñidos de odio, con palabras insultantes o afirmaciones apocalípticas. No porque sean mentira, sino porque pueden no ser toda la verdad.
-Ya lo he dicho antes, pero creo que un aspecto fundamental que explica por qué hay por ahí afirmaciones tan distantes de los hechos que aquí te he presentado es que las leyes de lo que puede o no llevar un alimento para perros y gatos son diferentes en otros países. En la Unión Europea las cosas están bastante bien en comparación.
-Los veterinarios (y demás profesionales que trabajamos con la salud de los animales) debemos velar por mantener la salud de los animales e informar de los riesgos de una alimentación inapropiada. Igual que unos se obsesionan con los beneficios, nosotros nos obsesionamos con los riesgos. Por eso podemos estar hablando más o menos de lo mismo, tener en el fondo opiniones parecidas y parecer que estamos peleando.
-Hay muy poca información útil en la etiqueta de los alimentos comerciales. Si quieres elegir el mejor alimento para tu mascota, más vale que te armes de paciencia y les preguntes cosas a los fabricantes, porque con la etiqueta no te va a valer.
–Yo fui a la charla con la idea de cambiar a mi perra a una dieta casera, dudaba entre casera cocinada o BARF, y quería proponerle a la ponente que me formulara una dieta para mi perra. De hecho, se dedica a eso, a formular dietas caseras. No vende piensos. ¿Y, qué pasó?
-Pues que yo acabé la charla bastante convencida de que no voy a cambiar a casera cocinada ni a BARF. Lo que sí me planteo es cambiar a alguna dieta comercial que afirme ser “natural” y, si el bolsillo me lo permite, “ecológica” en la mayoría de sus ingredientes. ¿Qué marca? No lo sé. A ver si me animo y empiezo a escribirles a cada empresa una serie de preguntitas que nos aconsejaron hacerles para saber si son de las empresas que se lo curran y van para nota o de las que sacan el 5 pelao. Mientras tenga las respuestas o no, me miraré las opciones de las grandes marcas, porque han demostrado una y otra vez que van para nota antes incluso de todas estas modas.
Si quieres saber más…
Si te has quedado con ganas de más, aquí te dejo algunos recursos de la WSAVA (World Small Animal Veterinary Association) en español para propietarios de perros y gatos que ayudan a dilucidar si la info que encuentras por internet es válida o no y qué deberías saber sobre un alimento comercial para saber si es el mejor para tu mascota.
Mi conclusión más dura
Una de las conclusiones a las que he llegado, y creo que ha sido de lo que más me ha dificultado escribir este artículo (¡he empezado como 5 versiones diferentes!) es que en el tema de la alimentación de nuestros compañeros se mezclan muchos aspectos que no son puramente nutricionales, que es lo que debería ser.
Se mezclan muchas creencias, muchos pensamientos, alguna conspiranoia y la sensación de que me quieren engañar.
Me explico: ¿qué afirman, los de un lado y los del otro? (Ya estamos: ¿por qué demonios tiene que haber “dos lados”? ¿Acaso no queremos todos lo mismo, que nuestros animales estén sanos y felices el máximo tiempo posible?).
Cambiaré la frase: ¿Qué afirman TODOS? Que las personas que no están de acuerdo con ellos es porque tienen intereses poco “limpios”, les tienen comido el coco o simplemente son idiotas.
Aplíquese a veterinarios hablando de defensores de algunas dietas, defensores de esas dietas hablando de veterinarios, veterinarios hablando de dueños, dueños hablando de empresas fabricantes de alimentos…
“El otro” es malo, “el otro” sólo quiere ganar dinero y no le importa el bienestar del animal, “el otro” miente consciente o inconscientemente, sea porque es la maldad encarnada o sea porque, pobre, le han comido el coco.
¿Es que he de ser yo quien dé un golpe en la mesa y diga…
“¡Venga, hombre, pero si todos queremos lo mismo!”
Pues no lo seré, porque no me van a hacer caso.
Están enzarzados en luchas de egos, en quién la tiene más grande (digo la cantidad de proteína en el pienso eeeeh no pienses mal XD), y todo eso, ¿sabéis de dónde viene? O de dónde creo yo…
No viene de creerse superior o saberse más listo que nadie. Yo creo que no.
Viene de la sensación crónica que tenemos de vivir en un mundo en el que nos engañan. Nos quieren manipular. Y nos creemos lo bastante tontos como para ser fáciles de manipular.
Y por eso hacemos todo lo posible porque no se note, nos cruzamos de brazos y decimos “¡Pues a mí no me engañan!” mientras interiormente pensamos que no somos tan listos como nos gustaría.
Bueno vale, tal vez no todos tienen (tenemos… tenéis…) la autoestima por los suelos jejeje pero creo firmemente que nuestra sociedad, concretamente la nuestra, la de este cachito de mundo llamado España, es una sociedad en la que la gente se siente constantemente en riesgo de que la engañen y le den gato por liebre. No tenemos confianza los unos en los otros, desconfiamos, vivimos en la desconfianza, el miedo, y algunos en la paranoia. Y lo hemos normalizado.
¿Sabes una cosa? Eso no pasa en todos los países del mundo. Es cultural.
¿Sabías que en los países que la gente confía más en los demás hay más felicidad?
Ahí lo dejo.
No digo que dejes que te engañen, que no mires las etiquetas y te creas a pies juntillas todo lo que oigas. Jamás te diré eso. Escucha, investiga, juzga, pregunta… y decide por ti mismo. Pero te aconsejo que lo hagas desde la posición mental de que “el otro” tiene buenas intenciones y sólo te está contando su verdad.
De verdad que es mucho más sano para ti y para tu mascota. Si tienes la mente clara y tranquila, podrás elegir mejor. Y además, dejarás de sentirte perseguido, engañado, tonto, incomprendido… ¿Que el otro se siente así, te ataca o te intenta convencer con argumentos que hacen aguas? Es su problema. El tuyo es tu mascota.
Y el mío es darte toda la información lo más completa posible para que puedas decidir lo mejor para tu animal.
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Cada jueves comparto datos útiles, reflexiones y trucos para mejorar la vida de nuestros animales… y la nuestra 🙂
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