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Etología aplicada a la Navidad – 3+1 consejos para sobrevivir a la Navidad con tu mascota

3 pesadillas de las fiestas navideñas con mascota: pedir en la mesa, mostrarse grosero con las visitas e intoxicarse con la comida. Aquí tienes algunas soluciones.

Toda la familia a la mesa.

Has aleccionado a todos tus familiares diciendo que por favor no le den nada de comer a tu mascota.

Y el perro (o gato) rondando por ahí, por supuesto.

  • La abuela dándole trocitos de jamón serrano por debajo de la mesa.
  • Tu sobrinito de 1 año dándole pataditas cada vez que se acerca a su zona.
  • Tu hermana, la única que te hace caso, que cuando el animal le pide, lo ignora completamente e incluso se gira para no establecer contacto visual.
  • Como todos los demás pasan de tus indicaciones y el bicho se está poniendo como un ceporro, finalmente tu pareja lo saca de la habitación y lo encierra en la habitación de al lado.
  • Pero al cabo de un rato le oyes gimotear y te da pena, así que le abres la puerta. Y vuelta a empezar.

Tu compi aprende rapidísimamente:

  • A acercarse a la abuela
  • A evitar al sobrinito
  • A pedirle a todo el mundo menos a tu hermana (y probablemente a ti)
  • A gimotear si lo sacáis de la habitación

¿Has visto cuantas nuevas conexiones neuronales se pueden hacer en apenas media hora de aperitivo navideño? 😉

¿Quieres que no pida? Opciones:

Que NADIE le dé. O sea, que no haya premio por la acción de pedir. ¿Sabes qué sucederá? Si tu perro ya había aprendido antes que cuando pide le dan comida (lo que es más que probable que haya aprendido en algún momento de su vida), en cuanto un aprendizaje no funciona, inicialmente aparece un efecto rebote de intentarlo con más intensidad. Insistirá, llorará, ladrará, se subirá a la mesa… Es normal, acabará dejando de hacerlo. Pero puede tardar. Así que o le enseñas desde ya a no pedir, o no esperes enseñárselo la noche del 24.

-También tienes la opción de reñirle, atarlo o encerrarlo en otra habitación. O sea, castigarle. Le generarás estrés y perjudicarás vuestra relación, además de tener que aguantar que maúlle, ladre, llore o rasque la puerta.

Lo mejor es no llegar a castigar, aunque puede no ser fácil en situaciones como esta. Una opción es combinar no premiarlo por pedir (lo que requiere la colaboración de todos los comensales… tú sabrás qué familia tienes 😉 ) con premiarlo por quedarse tranquilamente en su camita. Un juguete nuevo, del tipo que más le guste, y a poder ser relleno de chuches de sabor y olor deliciosos, al que sólo tenga acceso si está en su camita, y que sea lo bastante motivador como para renunciar a los olores que le llegan de la mesa del comedor… Nadie dijo que fuera fácil.

*Un apunte: no sólo por la comida vienen a la mesa. Hay mucha gente, toda su manada e incluso algunos desconocidos, y tu perro quiere estar con vosotros… o no, si le dan respeto los desconocidos o las situaciones ruidosas y con mucha gente.

Según la personalidad de tu perro, tal vez sea mejor idea poner su zona con su juguete en otra habitación para que pueda alejarse del ruido y relajarse en su habitación.

O, por el contrario, situar al perro a tu lado cerca de la mesa, para que os tenga controlados (y tú a él) y esté cerca vuestro disfrutando de la compañía. Con su juguete, eso sí.

No hay una opción que sirva para todos. Depende de cada animal.

Las visitas me estresan

Si vienen niños, otros perros u otras visitas que pongan nervioso a tu perro, (incluso aunque se lleve bien con ellos, pero al final se acaba agobiando) dale la opción de tener un lugar donde descansar y alejarse de la fuente de estrés.

Tanto por su bienestar como para no generar asociaciones negativas, evitar enfrentamientos y sustos, y estar tú también más tranquilo.

Una idea puede ser usar una habitación como zona segura: si estás en el Reto Fin de Año Sin Miedo seguramente ya tienes un refugio para los petardos siempre montado: es el lugar ideal para refugiarse de las visitas navideñas indeseadas, pero tendrás que apañártelas para que, cuando tu perro entre ahí, nadie pueda entrar a molestarlo.

O, por lo menos, nadie de los que le agobian, y que los demás sean muy respetuosos con él allí.

En su refugio tendrá que estar su camita, agua, comida, juguetes y, sobre todo, tranquilidad.

Si no tienes refugio montado o su ubicación es complicada de respetar en las fiestas (por ejemplo, si está en el baño y la gente lógicamente tiene que ir…), habilita unos días antes la zona segura anti-visitas-molestas:

  • Trasladando todo lo del refugio habitual al sitio nuevo, o
  • Creando un refugio adicional allí, manteniendo el antiguo (ojo con dejarle sin su refugio si hay riesgo de petardos o tormentas… mejor monta 2).
  • O simplemente usando una habitación como zona de juegos durante unos días y que cuando el perro esté allí, se cierra la puerta y cuando pide salir, se le abre inmediatamente.

Al final tiene que ser un sitio donde el perro sepa que está tranquilo y que siempre que quiera puede salir.

NO que se quede encerrado allí.

Para estas cosas las puertas de cristal o las puertecitas para separar espacios van muy bien, porque ves a tu perro al otro lado. El balcón o la galería, si no hace mucho frío, pueden ser una opción.

Pero asegúrate de haber asociado la zona con cosas guays y tranquilidad unos días antes para que no se sienta castigado al llevarlo allí. Para ello te pueden ayudar estos juegos, especialmente los de olfateo, y estas feromonas para crear un ambiente tranquilizador.

Si tu perro es muy de morder, te puede ir bien hacerle un mordedor de trapillo (te dejo el video aquí debajo), pero si tu perro no es de destrozar pero sí que le gusta transportar cosas con la boca y quieres jugar con él a estirar del juguete (especialmente si tu perro NO es de los que les gusta jugar a estirar), mírate el primer video.

Por cierto que este video de aquí abajo, el del mordedor, te puede servir para ver cómo conseguir tu propio “trapillo” a partir de camisetas viejas sin tener que comprarlo. 😉

Un lugar donde descansar y mantenerse entretenido y tranquilo es mano de santo para pasar en armonía las fiestas navideñas

Protégele del turrón asesino:

Recuerda evitar todo lo que es tóxico para los perros/gatos y vigilar a los pequeños de la familia que no se les caiga al suelo comida potencialmente dañina para tu mascota:

Lista de alimentos toxicos o potencialmente dañinos
  • Cebolla, Ajo y similares (cebolletas, puerros, “calçots”…)
  • Anacardos
  • Nueces de macadamia
  • Cacao (y chocolate en cualquiera de sus formas)
  • Grasa animal: bastante cantidad de golpe (ejemplos: grasa de jamón, de cordero, queso curado…)
  • Leche líquida (no yogur) de vaca o de otros animales
  • Uvas y pasas
  • Grosellas
  • Aguacate
  • El corazón de la manzana (por las semillas)
  • Cosas que pinchen: cabezas de gambas, astillas de hueso…
  • Frutas con hueso (por si se tragan el hueso, si le quitas el hueso no hay problema): melocotón, ciruela, albaricoque…
  • Alimentos endulzados con xilitol (edulcorante), como muchos chicles, caramelos, bollería “sin azúcar”…
  • Café, té
  • Alcohol
  • Carne de pollo o gallina cruda, esté congelada o no
  • Hígado (un poco vale, pero no en exceso)
  • Carne de cualquier tipo cruda y no previamente congelada (si ha sido congelada previamente no hay tanto problema, pero el pollo ni congelado: como mínimo pasado un poco por la sartén)
  • Pescado crudo no previamente congelado (por el tema del Anisakis)
  • Huevo crudo (concretamente la clara)
  • No está claro, lo he encontrado de vez en cuando pero no me han dejado claro el porqué, así que por si acaso no cuesta nada evitarlos: nueces, almendras.
  • Todo lo que tú no te comerías: comida en mal estado, huesos, pieles de verduras o frutas no comestibles para nosotros, patata cruda… ¡Un perro no es un cubo de basura! 😉
uvas vino y bebidas alcoholicas son peligrosas para tu mascota

Ya, ya lo sé, que tu perro ha comido nosecuantasveces un trocito de cruasán de chocolate o las 12 uvas por año nuevo y no le ha pasado nada, ¿no?

Los alimentos tóxicos no son cianuro ni arsénico. No son radioactivos ni veneno de la serpiente más mortífera del mundo.

A veces el mismo alimento a un perro le alimenta y a otro lo mata. A veces, IMPORTANTE, al MISMO perro un día lo alimenta y otro lo mata.

Hay tantos factores en juego que aún no está muy claro porqué el perro que se desayunaba casi cada mañana un cruasán de chocolate de repente un día por un trocito de tableta Nestlé entró en urgencias con el hígado destrozado y se pasó dos semanas en la UCI. Sí, en serio. Lo tuve ingresado. Un Labrador, no te pienses que era un perrito pequeñín.

La sensibilidad individual, la especie, la dosis, la manera de prepararlo, las características del alimento concreto, si está con el estómago lleno, o vacío, enfermedades conocidas o ocultas… muchas cosas pueden influir en que algo potencialmente dañino afecte a tu animal.

¿Te gusta correr riesgos? Córrelos tú. A tu peludo déjalo en paz.

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Saber qué veterinario está abierto en cada momento es un gran alivio y acorta tiempos. Infórmate con antelación.

Consejo extra

Localiza desde YA en tu zona (o donde vaya a estar tu mascota estas fiestas) un veterinario que esté 24 horas por si tienes algún percance.

Ir preguntando a uno y otro sitio o recorrer con el coche la ciudad buscando un veterinario abierto mientras la gente está de juerga puede ser muy desesperante y hacerte perder un tiempo precioso para la vida de tu compañero.

Si quieres aprender mucho más sobre cómo funciona la mente de tu mascota, cómo cuidarle lo mejor posible y cómo en definitiva disfrutar de vuestra vida juntos, apúntate aquí al blog y cada semana recibirás consejos, trucos e información valiosa y curiosa para hacer feliz y ser feliz junto a tu mascota.

También puedes apuntarte aquí a mi Curso Gratuito de Comunicación Canina y Felina en el que aprenderás a interpretar sus gestos y a comunicarte mejor con él.

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